Creo que me gusta ponerme a prueba. Creo que me gusta ponerme al límite para ver de lo que soy capaz. Sólo así se podría explicar que tan solo 5 meses después de dejar Telefónica, tan solo 4 meses después de crear mi propia empresa y tan solo 3 meses de que naciera mi primer hijo decidiera apuntarme a un curso de chino mandarín.

Chino para niños
En estas fechas no suena tan raro, pero en 2006 no era nada fácil encontrarlo, así que cuando me enteré de que la Universidad Complutense impartía uno, me fui de cabeza.

– De ¿quééé? ¿de Chino? ¿y por quéééé? – esa solía ser la reacción de cualquier persona a la que se lo contaba.
– ¿Para engrosar el curriculum? – preguntaban.
– Nooo… – contestaba yo atónita.
– ¿Piensas viajar a China? – insistían.
– No – repetía yo.
– y entonces… ¿por qué?
– y ¿por qué no? – replicaba yo dejando a mi interlocutor sin ganas de seguir preguntando.

Sonaba tan raro que me llamaron de varias empresas únicamente porque en el apartado de idiomas de mi curriculum ponía: «Inglés avanzado. Estudiando actualmente chino». Y eso despertaba curiosidad.

Ni que decir tiene que aquello fue un amor de verano y terminó en unos meses. No fui capaz. Lo admito.
La profesora intentaba desesperadamente que yo soltara el aire en direcciones imposibles para pronunciar cada vocal de 50 formas distintas y no fui capaz.
Sin embargo, aunque admití que había «fracasado» y que no merecía la pena destinar tantas horas de mi vida a mi nuevo hobby, algo me encandiló de ese idioma y me dio por comprar libros, casi compulsivamente, relacionados con el aprendizaje del chino y sobre todo, sus caracteres.

Chino para niños
Aprendí los números y muchas palabras que seguramente no me sirvan jamás para nada útil pero me gusta aprenderlo, sin más pretensión.

Ayer descubría el trabajo de una madre llamada ShaoLan que notó en sus propios hijos, que la mayor dificultad de los caracteres es que no nos recuerdan a nada, y creó una serie de ilustraciones donde los caracteres que siempre vimos como un conjunto de palos desordenados,  cobraban sentido y se hacían más fácil de memorizar. Se convirtió en el Método Chineasy (que habréis observado une las palabras chino y easy)

Aprender chino

Aprender chino

Aprender chino

Aprender chino

Aprender chino

Y es el descubrimiento de este método el que me ha ayudado a reconciliarme con el chino mandarín.

¿Alguien se anima a aprender chino?-

2 Comments

  • Hola!!!mis hijos daban chino, era una asignatura más, digo daban por que por cercanía los hemos cambiado de colegio, es bilingüe igual que el otro pero la verdad es que echo de menos esa asignatura y ellos creo que también
    Me da pena que no lo sigan dando, ya sabemos que no iban a salir hablando chino pero tendrían las bases del idioma. Yo cuán veía los carecteres alucinaba . Tomó nota …gracias!!!

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