Cuando eres madre, siempre crees que lo descubres todo. Yo, que me confieso víctima fácil del marketing (y además orgullosa de serlo), fui de esas madres que compraba cualquier novedad que prometía hacer mi vida más fácil, proporcionarme una hora extra de sueño o sentarme durante cinco minutos a descansar. Y, como os podéis imaginar, muchos de esos productos novedosos acabaron…