Hay cosas que no soy capaz de entender.
A veces culpo a mi exceso de empatía, pero creo que no es eso.
Vivimos en un mundo en el que se demonizan las redes sociales, la televisión, los videojuegos.
Sin embargo, creo que cerramos los ojos a una realidad. Vivimos cosas reales a través de los dispositivos. Vivimos y sentimos cosas de verdad.

Yo mantengo amistades a través de la redes sociales. Son personas de carne y hueso. Son amigos y amigas, algunas de toda la vida, a las que no saco tiempo para ver y un mensaje de WhatsApp o en una red social me acerca de alguna forma. Y mataría por tener tiempo y darles un abrazo y tomar un café de verdad. Pero a veces no hay tiempo y a veces nos separan muchos kms. Así que podemos vivir y sentir a través de la redes sociales, o de un mensaje. Y no hay nada de malo en ello.
Igual que me alegro o me entristezco de una noticia aunque sea a través de la televisión… y creo que ello no me convierte en peor persona.

Acabo de conocer hace unas horas que ha muerto #CameronBoyce.
Con 20 años.
Nuestro chico con pecas.
Nuestro Luke.
Son demasiadas tardes, mañanas y noches con él, con Jessie, o la señora Kipling (esto sólo lo entenderéis los que tengáis niños). Son demasiadas tardes para que la noticia no nos deje en shock (como me dejó la de Luke Perry hace unos meses). Son demasiadas horas con mis niños riéndonos contigo.
Me entristece mucho, muchísimo.
Pero también me hace pensar.
La vida son dos días. Abracémonos más. Besémonos más. No dejemos nada por decir a quienes queremos.
Nunca sabremos si mañana será demasiado tarde.

Hasta siempre, Luke.
Hasta siempre, nuestro chico con pecas.