Siempre he dicho que los cambios que está «sufriendo» nuestra sociedad en lo que a tecnología y redes sociales se refiere, si bien no están exentos de peligros, también suponen una ventaja a la hora de soñar con cambiar el mundo.
Una de las ventajas que creo que supone vivir en un mundo tan conectado y con tanto acceso a la información, es la facilidad que supone crear modelos a seguir y cambiar, poco a poco, y con paciencia, la mentalidad de las personas a través, precisamente, de esa información que tan disponible e inmediata tenemos a nuestro alcance.
Esto, cobra especial importancia cuando tratamos de crear un mundo mejor para nuestros niños.
Hoy es 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
Podría ser un día más, uno de esos millones de «días internacionales de algo» que casi pasan sin pena ni gloria en el calendario. Pero hoy, es uno de esos días en los que creo que podemos cambiar el mundo.
No voy a entrar en reivindicar el papel o las oportunidades de la mujer en el ámbito científico. Entiendo que hay mucha gente capaz de lograrlo mejor que yo.
Como madre de una niña de 9 años, me interesa centrarme en la falta de interés que sufren las niñas por las carreras de STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) a lo largo de su adolescencia y que los datos sitúan alrededor de los 15 años.
Las niñas pequeñas adoran la ciencia. La adoran igual que cualquier otra disciplina que suponga descubrir cosas nuevas, aprender jugando y que les permita darse cuenta de que son capaces de crear, descubrir y demostrar algo.
Sin embargo, tal y como os conté cuando participé en el Girls ICT Day de la mano de Microsoft, la sociedad va poco a poco logrando que este interés disminuya y, en muchos casos, desaparezca.
Como madre de una niña de 9 años y un niño de 11, no voy a decir que sea una tarea fácil tratar de entender los cientos de motivos que llevan a esta realidad, pero estoy convencida de que podemos cambiar las cosas.
Y creo que podemos atacar en varios frentes:
Por un lado, debemos familiarizar a las niñas con modelos de mujeres que eligen la ciencia como forma de vida. Y esos modelos pueden ser de todo tipo.
Debemos apoyar y dar a conocer iniciativas que familiaricen a los niños con la ciencia. Que vean que forma parte de nuestras vidas.
Que cuando se hable en la prensa de un avance científico en el que hayan participado mujeres, se vea con naturalidad y tratemos de que ellas también «salgan en la foto».
La iniciativa «Hour of Code» por ejemplo, se encarga de hacer ver a los niños que futbolistas, modelos, actrices (que queramos o no, constituyen modelos para ellos en plena adolescencia) se interesaban por aprender a programar.
Series como The Big Bang Theory han logrado que en casa por ejemplo, sea algo normal ver una pizarra con ecuaciones dentro de una escena en la que se habla de otra cosa más trivial o divertida.
Por otro, a través de la información, darles a conocer realidades de mujeres que son felices y logran grandes cosas a través de la física, las matemáticas o la ingeniería.
Creo que el hecho de que compañías como L´Oreal, transmitan con naturalidad la importancia de las mujeres en la ciencia, o tengan programas dirigidos a mostrar a niños y niñas cómo se trabaja en sus laboratorios, son formas excelentes de hacer que la ciencia esté presente en sus vidas y vean que puede ser un fabuloso camino a seguir.
Otro de los mensajes con los que me identifico al 100% es el de que las mujeres (cualquiera de nosotras) podemos ser muchas cosas a la vez. No hace falta que os cuente la perplejidad que despierta a veces que seas programadora, bloguera de belleza, runner y pongas lavadoras en un mismo día… pero, tal y como os conté en el post «Y tú… ¿a qué te dedicas?» los profesionales más demandados en un futuro muy próximo, son los que sean capaces de cultivar varias disciplinas, de unir arte y ciencia, robótica y filosofía,… y de conocer bien cada una de ellas aportando al mercado laboral perfiles que serán, sin duda, imprescidibles.
En este aspecto vuelvo a poneros el vídeo con el que tanto me identifico en el que Mayim Bialik, la actriz que encarnaba a Blossom y ahora es Amy en The Big Bang Theory explica como, a pesar de poder vivir de la interpretación, decidió doctorarse en neurociencia y dar clases, a la vez que trabaja como actriz (en una serie en la que curiosamente interpreta a una neurocirujana).
El vídeo me encanta por la naturalidad con lo que lo cuenta, por lo que demuestra, por lo que supone de ejemplo para las niñas y, lo admito, porque me identifico y me hace ver que ser tan polifácetica, y trabajar en ámbitos tan distintos, no es algo raro y que solo me pasa a mi 😉
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