-«Jamás le compraré a mi hijo un huevo Kinder»
Frases como estás salen de la boca de quien no tiene hijos y cree que la crianza de los niños es algo tan fácil como encender la tele.
Por desgracia, la convivencia con los niños, sus amigos y sus compañeros de colegio, hace que la más radical de las madres, acabe cayendo en la tentación de comprar de vez en cuando, chuches y huevos de chocolate.
Y es que a los niños les fascina primero, la sorpresa y segundo, el chocolate.
Pero también el huevo de plástico en el que vienen envueltas muchas de estas tentaciones les vuelve locos.
Por eso me ha parecido buenísima idea reutilizar los huevos de plástico para guardar chuches, snaks, o trocitos de fruta.
De esta forma siempre la merienda les parecerá más atractiva y sobre todo, no acaban cayendo por el coche o por la calle ¿no os parece?-
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