Aún recuerdo cómo viví mi primer mundial como mamá.
Mis pequeñas fieras tenían 2 y 3 años, así que ver la final en casa parecía la mejor opción. De hecho, cuando España se proclamó campeona del mundo, ellos estaban casi dormidos y la emoción me hizo subirlos al carrito e irnos al club social donde nuestros amigos (sin hijos) lo celebraban.
Sólo 4 días después tuvimos la oportunidad de ser invitados por el Comité Oímpico Internacional a ver, tocar y hacernos una foto con la copa en su sede, algo que pese a que eran muy pequeños, me pareció mágico.
Creo que el deporte debe inspirar valores y nada como ello para enseñar a los niños desde pequeños a fomentar el juego limpio, a no dejar que la victoria se suba a la cabeza ni que las derrotas lleguen al corazón.
No somos demasiado futboleros, pero intentamos que desde pequeñines disfruten con los deportes, y dentro de lo que el sentido común ordene, sepan competir.
Este es prácticamente el primer mundial de fútbol que viven en primera persona, y ya que los centros comerciales se han encargado de que la bandera de España protagonice casi cualquier escena, decidí darle cierta emoción al primer partido de la selección.
Sin embargo, al día siguiente de que perdiéramos el partido observé atónita como la afición y lo que es peor, los informativos y portadas de los periódicos, hablaban de «siniestro total», de «ridículo», o de «fracaso».
Ni que decir tiene que no permití que mis pequeñines vieran un solo minuto de televisión el día después.
¿Estamos locos? ¿Ganamos dos Copas de Europa, un Mundial y porque perdemos un partido de fútbol ya hablamos de fracaso? ¿Esa es la enseñanza que queremos para nuestros hijos?
¿Eso es suficiente para bajar de los «altares» a un equipo que nos ha dado tantas alegrías?
Seamos sensatos y sobre todo, tengamos cuidado con los valores que trasmitimos a nuestros hijos.-
Pues en este caso los valores serían la humildad y la responsabilidad ( (unos campeones del Europa y del mundo también pueden tener un día malo y perder, y además los jugadores reconocieron que habían jugado muy mal)