Lo logramos. Gracias de corazón

Siempre que he asistido a una entrega de premios (a los que otorgan las revistas a las marcas de belleza, sobre todo) me llamaba la atención que los ganadores estuvieran sentados en las primeras filas, o en el pasillo, y ello les permitiera salir a recoger el premio con toda la elegancia y rapidez del mundo. Después, alguien me dijo que, cuando eres ganador, ya lo sabes antes de asistir a la gala, y debía de ser eso lo que yo tenía en mente ayer, y por lo que ni siquiera (os lo digo de corazón), se me ocurrió que pudiera ganar el premio del que era finalista…

No podría contaros lo que pasó por mi mente cuando escuché «Mejor blog de Tecnología: Mi mamá tiene un blog. Recoge el premio su autora Susana García.». Subí nerviosa y, aunque en otras categorías se improvisó un pequeño speech, afortunadamente no tuve que hablar, porque hubiera sido incapaz…

Así que no hay mejor sitio para deciros lo que hubiera dicho en el escenario que aquí, en el propio blog, y con la calma y seguramente mayor facilidad de palabra que da hacerlo el día siguiente.

Podría decir que este premio, tratándose de Madresfera, se lo dedico a mis hijos, pero en este caso, lo recibo más como hija que como madre.

Por un lado, porque siempre he creído que para ser buena madre (o buen padre) hay que haber sido antes buena hija. Así que es poco todo lo que agradezca a mis padres, los más maravillosos del mundo y un solo post se me quedaría corto…

Por otro, como ya os conté en el post «Mamás 2.0: Niños y tecnología», tuve la suerte de crecer rodeada de tecnología gracias al trabajo de mi padre en una gran empresa como IBM.
Fue él quien puso en mis manos un ordenador donde solo se escribían comandos como como LET, INPUT, PRINT, IF, GOTO,…, y cuya capacidad se medía en KB, quien insistió en que aprendiéramos lenguajes como Basic o nos dejara trastear con aquel portátil, un Thinkpad con Windows 3.1 (que aún conservo), antes casi de que aprendiéramos las tablas de multiplicar.

Si tuviera que dedicarle a alguien este premio, sería a mi madre, por intentar hacerme una mujer fuerte (aunque nunca lo seré tanto como ella) y conseguir que siempre tenga los pies en el suelo, que no me afecten las derrotas y no se me suban a la cabeza los éxitos, y por supuesto, a mi padre.

El destino ha querido que tan solo unas horas antes mi padre nos diera una gran susto y que aún a estas horas permanezca en la UVI de cardiología de un gran hospital. Está bien y no tengo duda que todo saldrá bien, y por ello, precisamente, tengo que dar gracias de poder agradecerle (valga la redundancia) todo lo que ha contribuido a que yo estuviera ayer recogiendo este premio.

Y por supuesto, agradeceros a los que leéis este blog. Este blog que comencé a escribir con un seudónimo para que nadie supiera quien era, y que nació como una forma de reirme de todo lo que ser madre lleva implícito, casi como terapia de una madre que, como todas, pasa de la dulzura a perder los nervios en un minuto, y que cree (como dice mi bio) que la creatividad y la felicidad de un niño está por encima de todo, incluso de una casa o un coche impoluto…

Me hace especial ilusión, además, en un momento en el que la tecnología, la programación, la seguridad en internet y otros temas relacionados, son parte de mi proyecto profesional para 2016.

Así que, como veis, me hace muy feliz, supone un impulso muy grande para mi a todos los niveles y, por supuesto, llega en un momento en el que me hacía falta sonreir.

Gracias a Madresfera, al jurado que eligió mi blog, a Mónica por su dulzura, a Cata, a Melisa, a Blanca, a Teresa, a Dani, a tantos amigos que ayer me hicieron pasar una tarde agradable y olvidar las preocupaciones por unas horas y, por supuesto, a vosotros, por estar aquí y por todos vuestros mensajes en Instagram y otras redes.-