La verdad es que cualquier madre debería tener un blog.
No hay nadie que necesite preguntar tantas cosas como una madre.
No hay nadie que tenga tanta necesidad de contar que le han timado con un producto cuando se estrena como primeriza, o tanta necesidad de contar que algo de verdad funciona.

No hay más que vernos.
En un parque, en la piscina, en una tienda de ropa infantil, en la sala de espera del pediatra… todas nos ponemos a hablar de nuestros hijos como si no existiera otro tema de conversación.

El término «planes con niños» debe ser el más buscado en Google… y es que no imagino como alguien pudo ser madre sin un iPhone donde consultar la farmacia de guardia más cercana, una blackberry donde recibir la foto de tu bebé cuando estás fuera de la ciudad o un ordenador donde almacenar cientos y cientos de carpetas con fotos de su primer año.

Conozco a muchas «mamás 2.0» que, como yo, revisan su timeline de Twitter mientras preparan la papilla, escriben un blog cuando el bebé duerme y que no entendieron la palabra «videoconferencia» hasta que fueron mamás.

Pero no nos engañemos, no es fácil.
Tenemos pañales desechables, orinales portátiles y hasta calientabiberones que se enchufan al mechero del coche, pero a cambio, hemos sabido complicarnos la vida con internet, Facebook, Twitter y el universo de la manzanita blanca, consiguiendo que ser una mamá 2.0 sea una tarea casi imposible.

En este blog intentaré darte las claves para ser una mamá 2.0 y no morir en el intento…
¿me acompañas?-

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