Admito que lo tenían muy fácil.
Como fan incondicional de Buscando a Nemo desde su estreno en 2003 y siendo consciente de que después de aquel viaje a los estudios de Pixar en San Francisco, jamás volveré a ver una de sus películas de la misma forma, Buscando a Dory me tenía ganada incluso antes de entrar en el cine.
Ayer tuvo lugar la premiere y tuve la suerte de poder asistir. Antes de comenzar, Andrew Stanton (director), y Lindsey Collins (productora) subían al escenario a explicarnos el porqué de Buscando a Dory.
Fue en 2011 (ó 2013 ahora no lo recuerdo bien) cuando volvieron a verla con motivo de su estreno en HD, cuando se dieron cuenta que la historia de Dory, la amiga olvidadiza de Nemo, estaba inacabada. No sabíamos nada de cómo había llegado hasta allí y además, bromeaba Andrew Stanton, nos dejaba un poco preocupados su futuro, ahora que Marlin y Nemo se habían encontrado…
Sea por el motivo que sea, medio planeta está emocionado con el regreso a las pantallas de los personajes más entrañables de Pixar (con el permiso de Carl Fredricksen de UP, mi favorito) e incluso ayer leía en Twitter bromas sobre que no se llevara a los niños al cine a verla y se dejaran butacas para los que disfrutamos y nos enamoramos hace 13 años de Nemo y su familia.
Por suerte, yo pude disfrutar de nuevo y además, hacerlo con los niños, a los que no les pudo gustar más. La chiquitina y yo pasamos los cinco primeros minutos susurrando «ay, qué monaaaa» con las primeras escenas de Dory de bebé (que son la definición grafica de la palabra «cuquismo») y después, reímos, e incluso mamá dejó escapar alguna lágrima…
La película es divertida, entrañable, con muchas aventuras… perfecta para niños (y esto pocas veces pasa) de absolutamente todas las edades.
Pero además, es un regalo para los sentidos. Las imágenes, cómo están tratados los animales (fijaros cuando la vayáis a ver en el pelo de los leones marinos), la música… no hay un detalle en ella que no sea un auténtico disfrute para el espectador.
Sabéis que intento exprimir al máximo y sacar enseñanza de cada diálogo, de cada frase, y creedme que para los «mayores» también tiene perlas de esas que te hacen reflexionar, como el «si no hay recuerdos, no hay problemas…» y muchos otros.
Me gustó la forma de afrontar la «falta de memoria a corto plazo de Dory», y sobre todo, uno de los temas que Pixar es capaz de tratar como nadie (tanto que le dediqué un post hace unos meses), y que es el eje fundamental de casi todas sus películas, que es la AMISTAD.
La amistad por encima de todo, se une además con el homenaje a la familia, y tantas otras cosas que no os puedo contar porque prefiero que la disfrutéis en persona.
Como siempre, por si fuera poco, Pixar nos regala un corto AB·SO·LU·TA·MEN·TE impresionante antes de la película, Piper, e incluso los créditos finales (que vuelvo a reivindicar una vez más que os quedéis hasta el final…) se disfrutan tratando de encontrar al pulpo Hank mientras te deleitas escuchando Unforgettable interpretada por Sia.
No dejéis de verla. Es una maravilla.
Estreno en cines: 22 de junio de 2016.–
¡Qué suerte haber podido verla la primera! ¡Me muero de envidia y de ganas de verla! Me parece taaaaaaan mona la pequeña Dory que estoy deseando que vendan un peluchito para achucharla!!