Hace 40 años que vine a vivir a Madrid. Tenía sólo 3 años así que no era muy consciente de nada, pero una de las cosas que primero aprenden los niños, además de la fecha de su cumpleaños, es la calle en la que viven.
«Vallehermoso, con h intercalada«, no sé cuántas veces he repetido esas palabras a lo largo de mi vida.
La palabra «Vallehermoso» significa mi infancia, mi adolescencia, mi época universitaria y desde que me fui de allí, sigue significando la casa de mis padres, la de los abuelos, y el lugar donde una se refugia de todo.
La calle Vallehermoso, el Mercado de Vallehermoso y el Estadio Vallehermoso.
De pequeña no sabía nada del mundo del atletismo, es más, dudo que supiera lo que significaba esa palabra y, excepto el baile en cualquiera de sus versiones (ballet, contemporáneo, flamenco) admito que no me gustaba demasiado el deporte. Un día tuve la oportunidad de saludar en el colegio a Carl Lewis, que se hospedaba en el también derruido Hotel Mindanao, y tuve que preguntarle a las profesoras quién era aquel señor tan alto y tan sonriente 😉
Sin embargo, hay recuerdos imborrables en mi memoria que tienen que ver con el deporte y ese mundo que yo desconocía, el del atletismo:
Uno era cuando esperábamos a mi hermano antes de cenar en Nochevieja. Venía de una carrera llamada «San Silvestre». Yo sólo recuerdo que venía emocionado y feliz, hablaba de un tal Chema Martínez y de otros atletas con los que jamás imaginé tendrían alguna relación (y hasta alguna foto) años después. En aquel entonces, lo único que me importaba (no os engaño) es que mi hermano se duchara pronto y empezáramos a cenar cuanto antes.
Pero hay otro recuerdo y éste tiene que ver con el Estadio Vallehermoso. Recuerdo ir con mi padre a esperar a mi hermano allí muchas veces. Él corría maratones, entrenaba, y a mi aquello (sin entender como entiendo ahora el mérito que tiene), me fascinaba. Me encantaba ver la cara de felicidad con la que venía y la bolsa de patatas fritas que mi padre y yo tomábamos hasta que aparecía mi hermano.
Un día, el estadio Vallehermoso desapareció. Por la cercanía fui consciente de ello pero no le di más importancia de la que podía tener para alguien ajena a ese mundo.
Hace 3 años exactos que empecé a correr. Y correr, no tiene nada que ver con que te guste el atletismo (es como si todas las personas que ven el fútbol tuvieran que jugar al fútbol), pero siempre intentaba ver en televisión los mundiales de atletismo, y disfrutaba con todas las disciplinas.
Hace tres años que sin saber cómo, a través de amigos comunes, o gracias a mi paso por los ASICS frontrunners, empecé a conocer atletas en redes sociales, a seguir sus pasos, sus entrenamientos, sus derrotas, sus éxitos… y aunque no tenían nada que ver conmigo, empecé a familiarizarme con este mundo.
En noviembre de 2018 corrí mi última carrera antes de empezar a tomarme en serio este deporte y ponerme en manos de un entrenador. La foto que subí a Instagram era precisamente del arco donde siempre se ha leído «Estadio Vallehermoso» (y que sí resistió al paso del tiempo aunque ahora fuera la entrada al gimnasio GoFit) y explicaba lo que significaba para mi aquella palabra.
Este domingo se reabre Vallehermoso con el Madrid Meeting, un espectáculo con los mejores atletas y una verdadera fiesta para los que nos gusta este deporte… y allí estaré con mis fieras.
Mis hijos no van a verme a las carreras. Casi nunca me ven entrenar o correr, pero poco a poco, he sabido ir acercándoles todo lo que este deporte tiene de superación y cual es el motivo por el que mamá insiste en salir a correr . Ven lo más importante, el antes y el después.
Ya os he contado otras veces que para mi, lo más importante es analizar con ellos mientras estiro, cada día bueno y cada día malo.
Confesarles que tengo miedo antes de una carrera y no hay nada malo en ello, cómo me siento cuando logro un pequeño avance, que entiendan por qué entreno el día que no me apetece, por qué me esfuerzo sin que nadie me obligue a ello, y sobre todo, como manejar la frustración que es algo que los niños hoy en día necesitan aprender.
El día que me tuve que retirar de aquel 10k a 100m de la meta y les conté que podía haber sido mi mejor carrera y que además podía haber conseguido el primer trofeo de mi vida, me demostraron que todo esto sirve de algo.
La pequeñina me dijo «Pero mamá, ha sido tu mejor carrera. ¿Qué diferencia hay? Has hecho tu mejor carrera aunque haya durado 100m menos. Y tener o no un trofeo o un diploma, no cambia lo que has hecho en esos 9.9 kilómetros». Tan entrañable como reconfortante. Ese día supe que lo estaba haciendo bien.
Hemos corrido algunas carreras familiares juntos. Aunque para ellos no hay ninguna más especial que ese 5k familiar de Disneyland París, han corrido San Silvestre Mini en dos ocasiones, y alguna otra…
De alguna forma he tratado de acercarles lo bueno del deporte. Sin marearles demasiado, les he contado historias de superación de atletas (sobre todo relacionadas con obstáculos como el asma que sufre el mayor) y les he demostrado, sobre todo que todo este mundo es divertido.
Por eso quiero llevarles a la reapertura del estadio Vallehermoso. Porque quiero que respiren deporte, que disfruten con ello y no se me ocurre mejor ocasión que esta.
El cartel reza «el atletismo vuelve a casa» y en mi caso, podría decir que es casi literal 😉
Si os apetece hacer lo mismo os dejo los datos, creo que será increíble y prometo un post contando la experiencia.
Fecha y Hora
Domingo 25 de agosto de 2019 – 20:00 – 22:30 CEST