En casa siempre hemos sido muy de darle usos distintos a los objetos cotidianos.
Recuerdo que cuando me casé, me regalaron una fondue preciosa que consistía en una especie de olla de cerámica, varios vasitos (donde se colocaban los ingredientes) y unos pinchos.
Consciente de que no la utilizaría más de 2 ó 3 veces en mi vida, decidí «descomponerla» y tener una fuente donde servir la sopa o cualquier guiso, unos vasitos donde poner frutos secos o aceitunas si viene alguien a casa y unos pinchos con los que, aún hoy, sigo friendo la carne o dándole la vuelta a cualquier alimento cuando cocino.
Pues así, con todo. De hecho es un juego divertidísimo con los niños. cuando se nos rompe algo y quedan piezas sueltas, o nos regalan algo que, como la fondué, no vamos a utilizar, discurrimos hasta que se nos ocurre un nuevo uso que darle en lo que llamamos «reciclaje de andar por casa».
Bueno, pues hasta hoy no había descubierto que una simple sandwichera (bueno, simple, no… que la mía es la más molona de todas, ahora os cuento) servía para cocinar, por ejemplo una tortilla francesa.
Si lo pensamos, es lógico. Dos placas antiadherentes que se calientan deberían de servir para cocinar… pues a mi, no se me había ocurrido.
Desde Breville me escribieron para ofrecerme que probara su sandwichera. Con ella venía un libro de recetas y me quedé sorprendida de ver lo que incluía… bizcochos, tortilla,… tenía que probarla… y así lo hice.
Mi primera receta fue esta: Delicias de plátano.
La receta no puede ser más simple… preparas una masa aplastando plátano maduro (yo le puse dos en vez de uno), mantequilla, harina, azúcar, leche y levadura (en la foto tenéis los detalles) y lo bates.
Colocas esa masa en la sadwichera con la ayuda de un cacillo o cucharilla y lo vas haciendo.
¿El resutado? Espectacular!!
Unos bizcochitos de plátano que volaron según los puse en la mesa.
Como nos estamos pasando un poco con los helados, no les quise añadir mucho más para que fuera más ligeros pero si les añadís nata montada y un poquito de sirope de chocolate… ni os cuento.
La verdad es que no sé si este tipo de recetas se pueden hacer en otra sandwichera, pero yo no pienso intentarlo.
Os diré que además de ser bastante molona, se limpia muy fácilmente (se quitan las dos placas y se lavan), que no olvidemos, es algo fundamental.
También me parece una idea genial para que cocinen los niños sin necesidad de tocar horno o fuego. Ojo porque la tapa de arriba puede estar caliente, así que mejor que no la toquen, pero lo de poner la masa y cerrar la sandwichera les chifla.
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Buenas, pues muy original la forma de cocinar así. Esta receta seguro que pruebo hacerla en casa!