Muchas veces el temor o miedo de los niños viene dado por la falta de familiarización con los animales.
Es importante saber qué grado de temor tiene el niño.
Un miedo realmente profundo puede llevar tiempo en superarlo y quizás si es este el caso deberemos familiarizar al niño con los animales antes de la llegada de la mascota, en cambio un temor leve debe de ser fácilmente superable.
Es importante incluir al niño en el proceso de selección y preparación de la llegada de la mascota.
Podemos anticipar la llegada con lecturas sobre los perros o visitas a algún amigo que tenga un animal.
Seguramente un niño con miedo se sentirá más cómoda con animales de tamaño más pequeño que grandes.
La introducción del perro en el domicilio deberá hacerse sin presiones, eso significa no forzar el contacto entre ambos. Debemos recordar que el miedo no es algo racional así que por más que insistamos “este perro es muy bueno y no hace nada” el pequeño deberá aprenderlo por sí mismo e ir adquiriendo confianza.
Sobre todo al principio deberemos respetar las distancias y controlar al perro para evitar saltos, ladridos y sobretodo mucho alboroto alrededor del niño.
Podemos involucrar al pequeño en tareas relacionadas con el cuidado del animal. Por ejemplo puede ayudarnos a preparar su comida o ponerle agua diariamente, preparar su correa o enseñarle algunos trucos que no requieran mucho contacto. Por ejemplo si le enseñamos a sentarse o tumbarse y dejamos que el pequeño lo haga se sentirá orgullosa. Puede premiar al perro lanzándole un premio al aire sin necesidad de que exista mucho contacto.
Este artículo forma parte de una serie de artículos sobre la convivencia de niños y perros, escrito con la colaboración de Maribel Vila, experta de Advance de Affinity en conducta canina.
Puedes ver el resto de artículos en: https://mimamatieneunblog.com/ninos-y-perros–
Muy buen artículo. Hay que tener en cuenta que después que garanticemos la higiene del perro es posible que lo tengamos en casa. Lo ideal es que las mascotas tengan su espacio propio, cama propia y de esa forma puedan seguir compartiendo momentos con sus dueños
Pues yo a David (ahora 6 años) le quité el miedo a los perros así: cuando tenía 2’5 años aprox. durante una temporada jugabamos mucho con el juego de la Nintendo DS de «Dogz»(creo que se llama así). Él eligió el perrito virtual, le puso nombre, le bañaba, le daba de comer, le sacaba a paseo,… estaba encantado con su «perrillo». Cuando ya le tenía enamorado de él, le llevé una tarde a casa de una amiga que tenía un Cocker, «Thor», super cariñoso y bonachón y pasamos la tarde jugando allí con sus hijos y de vez en cuando haciendo aproximaciones a «Thor». Y cuando vió que no hacía nada, que los hijos de mi amiga convivían con el perro sin problemas, le tocaban, jugaban, a mi me lamía,… de repente, se le quitó el miedo.
No tenemos perro en casa, pero por lo menos, desde entonces, no se esconde detrás mío cuando se cruza con un perro. Tampoco se lanza a por ellos como el pequeño (que por su edad es un incosciente con muchas cosas) pero ya, una vez que el dueño nos confirma que el perro no es peligroso y no muerde, sí se acerca a acariciarles la cabecita. esó sí, con mucha precaución, jijijij