En casa siempre hemos sido muy de darle usos distintos a los objetos cotidianos. Recuerdo que cuando me casé, me regalaron una fondue preciosa que consistía en una especie de olla de cerámica, varios vasitos (donde se colocaban los ingredientes) y unos pinchos. Consciente de que no la utilizaría más de 2 ó 3 veces…