Todas, absolutamente todas nos sentimos culpables cuando después de una jornada de trabajo maratoniana, o un día intenso, no tenemos una cena rápida, y saludable que ofrecer a nuestras «pequeñas fieras». Cada vez que, por uno de estos motivos, tengo que sacar del congelador un plato precocinado de emergencia, me siento como la peor madre…