Tango que confesar que me he rendido ante Halloween.

Una es más de la Noche de Difuntos, de ir a ver el Tenorio y de comer los buñuelos porque es el Día de Todos los Santos, pero las calabazas y los vampiros se han colado sin remedio en nuestra vida y con la colaboración de los departamentos de marketing de grandes multinacionales como aliados, así que mejor adaptarse y celebrar, que eso nunca está de más.

Lo único que llevo mal es que Halloween dure casi 15 días y que se asocie la fiesta al consumo permitido de chuches de todo tipo.

Por eso me encantó esta foto que encontré en Facebook (no sé su autor para ponerlo, si alguien lo sabe decidmelo…) y que demuestra que con un poco de imaginación, todo se puede cambiar:

Como veis las calabazas son realmente mandarinas adornadas con una ramita de apio y los fantasmas son plátanos con bolitas de chocolate.

Delicioso, ocurrente y más sano, ¿no os parece?-